PRESENTACIÓN

La red está llena de información, tanta que es muy fácil perderse en ella. Seguramente lo que pueda escribir ya está dicho en algún otro sitio. Sin embargo, me he decidido a hacerlo porque disfruto con ello y porque, quién sabe, quizás alguien pueda encontrar aquí algo que no habría leído en otro lugar. El propósito de este blog es compartir reflexiones personales e "intercambiar conocimientos" relacionados con la psyché, el alma o el "ser persona". Os invito a enriquecer mis entradas con comentarios, preguntas o sugerencias.



miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dolor, enfermedad y psicoterapia

Tomo prestadas las palabras del psicoterapeuta G.Borja para compartir algunos de mis "aprendizajes" de los últimos años sobre el dolor, el sufrimiento, la psicoterapia y la vida:
Hay ciertas deformaciones en algunos terapeutas que les impiden dejar que los pacientes toquen fondo. Intentan no conflictuar más al paciente y sacarlo de su sufrimiento. Esto es muy negativo: hay que tocar fondo, hay que ir hacia el lugar de donde quiere huir (…) Hay que ir al fondo del océano (…) aprender a confiar en la tempestad, renunciar  a la salida mientras no se haya llegado al fondo. De otro modo, no se resuelve nada. 
(…) mientras más abiertos estemos, más cosas nos van a ocurrir y más sensibilidad tendremos ante lo evidente: seremos sensibles a todo. No podemos ignorar a la humanidad, no podemos ignorar a los vecinos, no podemos ignorar. Y ésta es una de mis intenciones como terapeuta, que mis paciente sean sensibles a todo y no puedan ignorar lo que les sucede.
La enfermedad está basada en la negación del dolor. Ése es el sufrimiento.
Sólo podremos hablar de una verdadera psicoterapia cuando la esencia de nuestra búsqueda sea la verdad del paciente: aquella que lo llevó directa o indirectamente a alterar su insatisfactoria realidad. Aceptar que ciertas personas son intratables es una posición de aparente pasividad que en el fondo no es otra cosa que violencia negada. Es más fácil ser o tener enfermos psiquiátricos que aceptar nuestro monstruo interno. 
La esencia de la curación está en saber que son curables, tal vez no como queremos los terapeutas pero sí como pretenden ellos. (...) Muchos diagnósticos fatalistas nos protegen de nuestra ignorancia, no respecto de nuestros conocimientos teóricos, sino de nuestro propio desarrollo personal...
(Guillermo Borja, La locura lo cura).