Sin embargo, hay un asunto que requiere mi atención, aunque no se trate de “psicología”. En los últimos días he escuchado y leído diversas informaciones al respecto de la sanidad pública, que aportan datos concretos sobre la “realidad” (ingenuamente creía que conocida por “todos”) del sistema sanitario público español. Lo cierto es que es una realidad compleja que tampoco yo conozco en profundidad. Pero hace pocos días me sorprendió enormemente la reacción de una persona a la que acababa de conocer, al saber que a mí me habían despedido del hospital donde trabajaba (por “los recortes”, claro…): “¿así que eso sucede de verdad? Lo había oído pero no conocía a nadie…”. Viniendo de un “entorno sanitario”, me impactó que haya gente (en España) a la que los graves problemas de nuestro sistema sanitario le suenen tan lejanos como la guerra de secesión (por decir algo).
Este artículo no tiene pretensiones políticas ni éticas (que creo son dos vertientes inseparables del problema “económico”), pues carezco de tiempo y posiblemente de formación para ello. Pero considero mi deber moral tratar de estar informada y difundir esta información por todos los medios a mi alcance. Aunque sólo llegue a una ó dos personas. Para quien quiera informarse de verdad, recomiendo acudir a fuentes rigurosas, por ejemplo asociaciones de profesionales sanitarios, como la de Madrid (AFEM), o la excelente web de Abel Novoa (exdirector general de Calidad Asistencial de Sanidad de Murcia).
Aquí dejo mi modesto resumen de algunos puntos clave: