PRESENTACIÓN

La red está llena de información, tanta que es muy fácil perderse en ella. Seguramente lo que pueda escribir ya está dicho en algún otro sitio. Sin embargo, me he decidido a hacerlo porque disfruto con ello y porque, quién sabe, quizás alguien pueda encontrar aquí algo que no habría leído en otro lugar. El propósito de este blog es compartir reflexiones personales e "intercambiar conocimientos" relacionados con la psyché, el alma o el "ser persona". Os invito a enriquecer mis entradas con comentarios, preguntas o sugerencias.



sábado, 25 de octubre de 2014

¿Se cura la esquizofrenia?

Ayer escuché una de las mejores conferencias que he oído nunca en un congreso relacionado con la salud mental. Olga Runciman (Dinamarca), psicóloga clínica, diplomada en enfermería psiquiátrica y “escuchadora de voces”, compartió un trocito de su historia y de su trabajo en la I Jornada de Iniciativas de Usuarios de Salud Mental, que tuvo lugar en la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud.
Diagnosticada de esquizofrenia en su juventud (aunque las “voces” le acompañaban desde la infancia), internada en un hospital durante largo tiempo y recluida, durante 10 años, en un estrecho espacio vital de “enferma crónica”, con los consabidos efectos secundarios de la medicación… y los no menores efectos del “rótulo” acompañado de rotundas aclaraciones de los profesionales: “nunca va a curarse, nunca podrá volver a trabajar, siempre necesitará ayuda”. 
Así fue… hasta que, al borde del suicidio, entendió que lo que realmente deseaba era Vivir y que debía intentarlo todo antes de rendirse. Así que inició un radical cambio de rumbo; entre otras cosas, buscó una terapeuta a la que poderle narrar la historia de su vida (en contra de la opinión de los profesionales que le habían tratado hasta entonces)… y dejó la medicación (esto asusta a los profesionales, pero así fue). Ése fue el comienzo de la recuperación de una “esquizofrénica”. Sí, recuperación. Curación. De la esquizofrenia, supuesta enfermedad crónica de base genética.
Hoy en día Olga es una gran profesional… y amiga de sus “voces”.

martes, 26 de agosto de 2014

Vivir en Silencio

Comparto algunos fragmentos de un librito que ha caído en mis manos durante las vacaciones; me parece especialmente apropiado para esta época del año en la que solemos buscar nuevas experiencias, planear viajes, multiplicar encuentros, hacer lo que sea por salir de la rutina y llenar el tiempo… Atrevámonos a “dejar de hacer” y encontrarnos… para Vivir y dar Vida.

"Como muchos de mis contemporáneos, estaba convencido de que cuantas más experiencias tuviera y cuanto más intensas y fulgurantes fueran, más pronto y mejor llegaría a ser una persona en plenitud. Hoy sé que no es así: la cantidad de experiencias y su intensidad sólo sirve para aturdirnos. No creo que el hombre esté hecho para la cantidad, sino para la calidad. Las experiencias, si vive uno para coleccionarlas, nos zarandean, nos ofrecen horizontes utópicos, nos emborrachan y confunden… el alma humana sólo se alimenta si el ritmo de lo que se le brinda es pausado.
... limitarse a vivir: dejar que la vida se exprese tal cual es, y no llenarla con los artificios de nuestros viajes o lecturas, relaciones o pasiones... La verdadera vida está detrás de lo que nosotros llamamos vida. No viajar, no leer, no hablar…: todo eso es casi siempre mejor que su contrario para el descubrimiento de la luz y de la paz.

miércoles, 19 de febrero de 2014

El camino de la paz

"... No veo otra salida que aquella en la que cada uno de nosotros se repliegue en sí mismo y extirpe y destruya dentro de sí todo aquello que conduzca a la convicción de tener que destruir a otros. Tenemos que estar convencidos de que cada chispa de odio que nosotros añadamos al mundo, lo hace más inhóspito de lo que ya es". (Etty Hillesum, Diario, 23 septiembre 1942).

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dolor, enfermedad y psicoterapia

Tomo prestadas las palabras del psicoterapeuta G.Borja para compartir algunos de mis "aprendizajes" de los últimos años sobre el dolor, el sufrimiento, la psicoterapia y la vida:
Hay ciertas deformaciones en algunos terapeutas que les impiden dejar que los pacientes toquen fondo. Intentan no conflictuar más al paciente y sacarlo de su sufrimiento. Esto es muy negativo: hay que tocar fondo, hay que ir hacia el lugar de donde quiere huir (…) Hay que ir al fondo del océano (…) aprender a confiar en la tempestad, renunciar  a la salida mientras no se haya llegado al fondo. De otro modo, no se resuelve nada. 
(…) mientras más abiertos estemos, más cosas nos van a ocurrir y más sensibilidad tendremos ante lo evidente: seremos sensibles a todo. No podemos ignorar a la humanidad, no podemos ignorar a los vecinos, no podemos ignorar. Y ésta es una de mis intenciones como terapeuta, que mis paciente sean sensibles a todo y no puedan ignorar lo que les sucede.
La enfermedad está basada en la negación del dolor. Ése es el sufrimiento.
Sólo podremos hablar de una verdadera psicoterapia cuando la esencia de nuestra búsqueda sea la verdad del paciente: aquella que lo llevó directa o indirectamente a alterar su insatisfactoria realidad. Aceptar que ciertas personas son intratables es una posición de aparente pasividad que en el fondo no es otra cosa que violencia negada. Es más fácil ser o tener enfermos psiquiátricos que aceptar nuestro monstruo interno. 
La esencia de la curación está en saber que son curables, tal vez no como queremos los terapeutas pero sí como pretenden ellos. (...) Muchos diagnósticos fatalistas nos protegen de nuestra ignorancia, no respecto de nuestros conocimientos teóricos, sino de nuestro propio desarrollo personal...
(Guillermo Borja, La locura lo cura).

viernes, 30 de agosto de 2013

El dinero no da la felicidad (richer but not happier)

“La creencia de que los ingresos elevados se asocian a un estado de ánimo positivo está muy extendida pero es, en su mayor parte, ilusoria”. Con esta frase encabezan Daniel Kahneman y su equipo un artículo de investigación publicado en la prestigiosa revista Science. (Kahneman, D. et al., 2006. Would you be happier if you were richer? A focusing illusion. Science 312(5782):1908-10). Las personas con ingresos por encima de la media están relativamente satisfechas con su vida –continúan- pero apenas son más felices que los demás, no pasan más tiempo en actividades agradables y tienden a estar más tensos. Además, el efecto de los ingresos sobre la satisfacción vital tiende a ser transitorio. Es decir, uno se “acostumbra” pronto a su nivel de ingresos (nivel de vida) y deja de producirle satisfacción.
En un artículo posterior, Kahneman analiza con más detalle la diferencia entre la satisfacción vital (lo que piensan las personas sobre su vida) y el bienestar emocional (esto es, la “calidad emocional” de la experiencia cotidiana, incluyendo aquí emociones básicas como el placer, la tristeza o la ira, pero también experiencias más complejas como el estrés, la “felicidad” y el cariño) (Kahneman, D. & Deaton, A., 2010. Proc Natl Acad Sci U S A. 107(38):16489-93.)
Analizando datos de una amplia muestra de personas encuestadas, observan que el nivel de ingresos está más relacionado con la satisfacción vital que con el bienestar emocional; en palabras de Kahneman et al, “los ingresos elevados compran la satisfacción pero no la felicidad”. El estado de salud, la soledad y el ser fumador, por poner algunos ejemplos, son predictores más potentes del estado emocional cotidiano. No obstante, cuando los ingresos están por debajo de un determinado umbral, se asocian tanto con baja satisfacción como con bajo bienestar emocional.

Dejando a un lado –por esta vez- la compleja cuestión de la definición de la “felicidad” (la equiparación que hace la investigación psicológica de la felicidad con bienestar emocional o con alegría requiere, desde mi punto de vista, muchas matizaciones) me atrevo a aventurar, a partir de lo antedicho, que el ansia que parece dominar a muchas personas por poseer más y más, por enriquecerse sin límite, no tiene en absoluto que ver con una experiencia positiva de la propia vida. ¿Entonces, por qué los que más tienen viven empeñados en seguir acumulando? ¿Será que nos volvemos esclavos de nuestras posesiones y nos encadenamos voluntariamente, aunque casi sin darnos cuenta, al Amo Dinero? ¿Cuál es el motor que mueve el mundo, entonces? ¿Tal vez el MIEDO? ¿Por qué, si no, nos empecinamos en la prosecución de más logros y más riquezas, que no sólo no dan la felicidad (en mi propia definición de este término) sino que ni siquiera aportan alegría o bienestar? Aunque sin intención de echar balones fuera (pues toda mirada hacia fuera debe partir de una mirada hacia dentro), me pregunto ¿serán conscientes los políticos, banqueros y todos los “grandes” de nuestro tiempo de que sus decisiones y actuaciones dañan y empeoran la vida de muchos, pero no mejoran la suya propia?

lunes, 3 de junio de 2013

Lo esencial es invisible a los ojos

Aunque el título de la entrada es una frase de El Principito, lo que hoy comparto es un cuento taoísta que leí hace algún tiempo y que ahora ha vuelto a mi memoria. Va con él mi gratitud hacia las personas de mi vida que "cuando miran, ven"... y de las que tanto aprendo día a día.

El duque Mu de Chin dijo a Po Lo: “Ya eres de edad avanzada. ¿Hay algún miembro de tu familia a quien pueda contratar para buscar caballos en tu lugar?”
Po Lo respondió: “un buen caballo puede ser elegido por su estructura general y su apariencia. Pero el mejor caballo, el que no levanta polvo ni deja huellas, es algo evanescente y fugaz, esquivo como el aire sutil. El talento de mis hijos es de nivel inferior; cuando ven caballos, pueden señalar a uno bueno pero no al mejor. No obstante tengo un amigo, un tal Chiu-fang Kao, vendedor ambulante de verdura y combustible, que en cosas de caballos no es en modo alguno inferior a mí. Te ruego que vayas a verlo”.
El duque Mu así lo hizo y después lo envió en busca de un corcel. Tres meses más tarde volvió con la noticia de que había encontrado uno. “Ahora está en Sach’iu” añadió. “¿Qué clase de caballo es?” preguntó el duque. “Oh, es una yegua baya”, fue la respuesta. ¡Sin embargo, cuando fueron a buscarlo, resultó ser un semental negro! Muy disgustado, el duque mandó a buscar a Po Lo. “Ese amigo tuyo –dijo- a quien le encargué que me buscara un caballo, ha armado un buen lío. ¡Ni siquiera sabe distinguir el color o el sexo de un animal! ¿Qué diablos puede saber de caballos?” 
Po Lo lanzó un profundo suspiro de satisfacción. “¿Ha llegado realmente tan lejos? –exclamó.- Ah, entonces vale diez mil veces más que yo. No hay comparación entre nosotros. Lo que Kao tiene en cuenta es el mecanismo espiritual. Se asegura de lo esencial y olvida los detalles triviales; atento a las cualidades interiores, pierde de vista las exteriores. Ve lo que quiere ver y no lo que no quiere ver. Mira las cosas que debe mirar y descuida las que no es necesario mirar. Kao es un juez tan perspicaz en materia de caballos, que puede juzgar de algo más que de caballos."
Cuando el caballo llegó, resultó ser un animal superior.